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Compré una casa nueva
tan nueva como imaginaria
y como hacían falta muebles
la llené de pensamientos
hasta sus rincones.
Mis amigos que vinieron
a saludarme en bienvenida
tuvieron que acomodarse
sobre las desesperaciones,
las dudas, los dilemas;
doblaron sus extremos,
partieron sus cansancios
en durísimas incertidumbres
y almorzamos hambrientos,
contritos y agazapados,
blancos panes como penas
y manzanas melancólicas.
Les enseñe las habitaciones
amuebladas con miedos,
tapizadas de negro pesimismo;
cuartos de silentes reproches,
y de una puerta desconchada
saltó un grito enorme
como un gato enorme.
Pero todos fueron amables,
me abrazaron y felicitaron
por mi casa grande, infinita,
con vista al otro lado,
con jardín de nada
con sótano de quédate, no te vayas.
Y me despedí de ellos;
mis conocidos me dejaron
con abrazos, besos, palmadas,
¡hasta pronto, volveremos!,
y luego me volví solo
hacia mi casa nueva,
me volví y vi la sala grande
atiborrada de lo que pienso,
repleta de mi desaliento,
y quise mudarme...
de inmediato.

Rock sinfónico, violín eléctrico, soprano, guitarras, orquesta, cello, coros, oscuridad, gótico, mitología, fantasía, tormenta, piano, percusión orquestal, crescendos, tempo épico.