Un día en la puerta de la iglesia lo vi llegar
El rostro caído, ya no podía ni hablar
Sus ojos sin brillo, su alma sin paz
Miraba al suelo como quien quiere escapar
Había en su andar una carga, un peso real
El gozo de antes, ya no estaba igual
Algo en mi espíritu empezó a alertar
Y supe de inmediato, tenía que orar
Yo lo discerní
Pastor, ese hombre anda en la carne
yo lo discerní
Pastor, ese hombre anda en pecado